El martes 23 de junio, se realizó una reunión telemática de seguimiento del Life Tritó Montseny con el objetivo de valorar el estado actual de las acciones, revisar los aspectos técnicos y financieros del proyecto y apuntar nuevas medidas y actuaciones a desarrollar. La sesión contó con la monitorización externa de María José Aramburu, que actuaba de interlocutora ante la Agencia Ejecutiva de la Pequeña y Mediana Empresa (EASME) de la Comisión Europea, y se apuntaron una cincuentena de actuaciones e intervenciones para hacer.

Inicialmente, se había previsto una visita presencial para poder mostrar a la representante de EASME las actuaciones realizadas en el territorio durante el transcurso del proyecto. Desafortunadamente, debido a la pandemia de la COVID-19 la visita se tuvo que aplazar y el seguimiento se realizó telemáticamente. Durante la mañana y la tarde del martes 23 de junio, todos los socios del proyecto Life Tritó Montseny (Diputación de Barcelona, ​​Diputación de Girona, Generalitat de Catalunya mediante el Departament de Territori i Sostenibilitat y Forestal Catalana y el Zoo de Barcelona) explicaron en qué estado se encontraba cada una de las acciones que lideran.

La reunión fue supervisada por María José Aramburu, monitora del equipo externo (NEEMO), que ha ofrecido asesoría desde el inicio del proyecto. Aramburu actúa de interlocutora entre el Life Tritó Montseny y la Agencia Ejecutiva de la Pequeña y Mediana Empresa (EASME) de la Comisión Europea.

Los estudios y acciones realizados en el marco del Life Tritó Montseny han puesto de manifiesto que la situación de este anfibio, a pesar de que su población se mantenga estable, sigue en peligro crítico de extinción por efecto, principalmente, de la hidrología de la zona y del cambio climático.

Durante la sesión se puso de manifiesto que el proyecto Life Tritó Montseny debe asegurar poder solucionar algunas de las principales amenazas de la especie a partir de la realización de una cincuentena de acciones tanto de investigación como de divulgación y, también, de intervenciones diversas en el territorio como garantizar la conectividad fluvial, la restauración de hábitats de ribera o asegurar el caudal de los torrentes.

Los anfibios son una de las especies más amenazadas y su presencia es un indicador medioambiental básico para conocer la calidad de las aguas y del entorno natural de estos territorios.

 

Hábitat del tritón del Montseny. Foto: Iñaki Relanzón